El Gran Oxmox le aconsejó que no lo hiciera, porque había miles de malas comas, salvajes signos de interrogación y taimados semikoli, pero el Pequeño Texto Ciego no le hizo caso. Empaquetó sus siete versalia, puso su inicial en el cinturón y se puso en camino. Cuando llegó a las primeras colinas de las Montañas Itálicas
Village y la sublínea de su propio camino, la Line Lane. Lamentablemente una pregunta retórica recorrió su mejilla, luego ella continuó su camino. En su camino se encontró con una copia. La copia advirtió al Pequeño Texto Ciego, que de donde venía habría sido reescrito mil
Pero nada de lo que decían los redactores podía convencerla, así que no pasó mucho tiempo hasta que unos insidiosos redactores la emboscaron, la emborracharon con Longe y Parole y la arrastraron a su agencia, donde abusaron de ella para sus proyectos una y otra vez. Y si no la han reescrito, entonces siguen utilizando a